En estos doce años, la Fundación Teichon ha caminado con paso firme por los senderos de la cultura, el arte y la educación, sembrando palabras donde antes reinaba el silencio.

Durante este tiempo hemos tocado puertas, abierto libros, encendido voces. Hemos recorrido municipios, veredas y comunidades indígenas, llevando poesía, talleres, concursos y esperanza a niños, jóvenes, docentes y familias.

Cada actividad ha sido un acto de fe en el poder de la palabra. Cada encuentro, una oportunidad para creer que la literatura puede transformar realidades y abrir horizontes.

Han sido doce años de trabajo constante, superando obstáculos, soñando en colectivo y formando raíces culturales en territorios muchas veces olvidados por el Estado.

La Fundación Teichon no se detiene. Porque cuando se siembra con amor, con compromiso y con visión, la cosecha llega: diversa, auténtica y profunda.

Gracias a quienes han creído en este proyecto. Seguimos adelante, con el mismo propósito de siempre: formar, inspirar y acompañar con la palabra como bandera.